MAMÍFEROS TERRESTRES
Entrenando con pandas gigantes ancianos

Mi nombre es Matt Leung y soy un cuidador de animales neoyorquino que trabaja en Hong Kong. Anteriormente, trabajé con mamíferos marinos en Estados Unidos, donde aprendí mucho sobre el entrenamiento de animales, pero a día de hoy llevo más de 10 años trabajando con pandas gigantes.
En la naturaleza, los pandas pueden vivir hasta los 20 años aunque, bajo el cuidado humano, su esperanza de vida puede alargarse hasta los 30. Apesar de que las condiciones de vida y cuidados médicos por nuestra parte son mejores que en su hábitat natural, también desarrollan problemas clínicos propios de animales ancianos.
Para garantizar su bienestar, debemos tener un programa de entrenamiento para realizar todas las revisiones médicas que necesitan de forma voluntaria, ya que aunque los pandas parezcan muy amigables y coman fruta y bambú, ¡no podemos olvidar que son osos!
Actualmente, mi función principal es la de vigilar la salud de pandas gigantes geriátricos.
La hipertensión puede ser uno de los problemas de salud asociados a la vejez de estos animales y, debido a esto, las revisiones de la presión arterial se ha convertido en una de mis rutinas diarias.
Al igual que en otros entrenamientos médicos, utilizamos el refuerzo positivo (taquitos de fruta) y refuerzo secundario (rascarles o palmaditas), aunque en ocasiones es difícil porque trabajamos con contacto protegido.
Entrenar este comportamiento es muy importante porque cuando los pandas tienen la tensión alta, actúan con normalidad y, por lo tanto, hay que prestar especial atención para evitar problemas de salud.
Paso a paso
En primer lugar, nos centramos en entrenar que los pandas saquen su pata delantera por los barrotes de su instalación.
Una vez que el comportamiento es estable, colocamos y ajustamos un asa en la posición adecuada (donde los pandas puedan agarrarse con fuerza pero sentados cómodamente) y empezamos a reforzar cada vez que tocan el asa. De esta manera, trabajamos de forma muy segura.
Esta técnica se conoce como DRI (refuerzo diferencial de comportamiento incompatible), debido a que agarrar el asa es incompatible con agarrar el brazo del cuidador o del veterinario.
A continuación, le añadimos una seña y vamos ampliando el tiempo en el que mantienen la posición de agarre.
Finalmente, empezamos a tocarles la pata mientras agarran el asa, y pasamos a utilizar una aguja de mentira para comenzar a desensibilizar la sensación de ser pinchado.
La lectura que hacemos de la presión arterial es: cuando están pasando por diferentes estaciones y están expuestos a cambios de temperatura y fuente de alimento, su comportamiento cambia. Por ejemplo, cuando el apetito disminuye o la actividad se reduce, también lo hace la presión arterial.
Otra cosa que he aprendido trabajando con pandas, es que no podemos esperar que el entrenamiento vaya siempre bien. A veces, sólo quieren que los acaricies o simplemente hacer alguna travesura.
Normalmente intentamos no insistir demasiado en las sesiones de entrenamiento para evitar que se confudan, ya que los pandas ancianos pueden ser muy gruñones y tercos. Y aunque conozcan el comportamiento que les estas pidiendo, a veces, simplemente rehusan hacerlo.
Tenemos que tener en cuenta que su motivación y apetito se ven afectados por las diferentes épocas del año, dando como resultado que el entrenamiento sea mucho más lento que con el resto de pandas. Pero lo más importante es que, al final del día, nos aseguremos de que sus rutinas de entrenamiento, su alimentación y su medicación (en caso de que la necesiten) esten cubiertas.
Como nosotros no queremos que rehusen o se confudan, damos por correcto que tengan la sensación de saber lo que deben hacer en ese momento específico. Por tanto, cuando tenemos que tomarles la presión arterial, la hora tiene que ser más o menos la misma todos los días. Al fin y al cabo, son ancianos y se les puede consentir un poco.
Todavía no hemos llevado a cabo una investigación muy detallada sobre cómo afecta la presión arterial en las diferentes estaciones del año, ya que, como he dicho anteriormente, cada sujeto es bastante diferente. De hecho, sería bueno poder predecirlo para poder así pedir un cambio de prescripción al veterinario siempre que lo consideremos necesario.
Así que seguro que es un proyecto interesante para llevar a cabo en el futuro.
Muchas gracias a mis amigos de WeZooit y a todos los lectores por permitirme compartir mi experiencia con los pandas.